El hospital Son Llàtzer trabaja para optimizar su demanda de energía y reducir emisiones
La empresa mallorquina Sampol, que participa desde el año pasado en este proyecto que forma parte de la estrategia europea Horizonte 2020, desarrolla experimentos para avanzar en I+D en colaboración con el hospital Son Llàtzer.
El proyecto busca desarrollar soluciones que mejoren el rendimiento de la central de cogeneración del hospital y que integren la demanda del centro para una mayor optimización de la producción. Sampol gestiona esta central de cogeneración que alimenta al hospital de energía eléctrica, térmica y frigorífica.
Se logrará una reducción de las pérdidas de energía, una mayor optimización de la central, mejor sincronización de producción y demanda, y como consecuencia, la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
El presupuesto del proyecto es de unos 2 millones de euros y Sampol cuenta con siete socios entre universidades e investigadores que son LTU (Lulea University Technology en Suecia), AUEB (Athens University of Economics and Business en Grecia), IBM, Lulea Energi AB (Suecia), TWT (centro tecnológico alemán), RTHA (Rheinisch-Westfälische Technische Hochschule Aachen, Alemania) y Optimation AB.
Son Llàtzer ha acogido esta semana una reunión de todos los socios del proyecto para analizar los avances y futuros pasos a seguir. Estas reuniones trimestrales se desarrollan en los países de los diferentes socios. El proyecto tiene una duración de 3 años y está previsto que finalice en 2018.
El responsable de Innovación de Sampol, Pau Cortés, ha destacado que el proyecto supone la implementación de “técnicas de ‘demand-response’ que van más allá de la eficiencia energética, que buscan optimizar el control de la demanda sin restar confort al usuario”.
Cortes ha resaltado además la importancia que tiene para la empresa posicionarse como referente en gestión energética e I+D en el panorama internacional mediante este proyecto.
Por su parte, el gerente de Son Llàtzer, Francesc Marí, ha explicado cómo se desarrollan las pruebas de este proyecto en sus instalaciones -donde ya está instalada la tecnología que permite analizar la demanda de este gran edificio- y ha destacado las ventajas que supone para el hospital conseguir optimizar su demanda de energía.
“Los beneficios para el hospital son evidentes ya que nos convierte en más ecológicos”, ha afirmado y ha indicado que una vez finalicen las simulaciones la tecnología se quedará en el hospital y, si bien todavía no hay datos disponibles, “seguramente permitirá que la factura energética del hospital se reduzca”.
Por último, el coordinador del proyecto Opti, Wofgang Birk, doctor de la Universidad de Lulea, ha explicado que las simulaciones se están realizando tanto en viviendas en Lulea, Suecia, como en edificios considerados grandes consumidores de energía como Son Llàtzer.
Las conclusiones que se extraigan de estas pruebas podrán aplicarse en otras ubicaciones. También ha insistido en la importancia de contar con socios tecnológicos fuertes, como IBM, porque permite aplicar técnicas avanzadas de optimización del control de la demanda.