EL HOSPITAL SON LLÀTZER ENTREGA “CERTIFICADOS DE VALENTÍA” A LOS PACIENTES MÁS PEQUEÑOS
El ingreso hospitalario es una situación estresante para cualquier persona, pero si se trata de un niño puede resultar no solo estresante sino también angustiante: el niño ha de permanecer en un ambiente totalmente desconocido e interactuar con personas que no conoce; a ello hay que sumar que probablemente padece dolor por culpa de su enfermedad o porque es necesario aplicarle técnicas terapéuticas que se lo producen.
La entrega de este certificado genera un refuerzo positivo de la conducta del niño, fundamental para poder agilizar los procedimientos y lograr el objetivo de reducir el dolor y/o la ansiedad. Es una forma de valorar su esfuerzo cuando colabora en una cura.
Tratamiento y prevención del dolor en los procedimientos en la Unidad de Pediatría
Además de esta nueva iniciativa, para aliviar y tratar el dolor durante los procedimientos el Servicio de Pediatría ya aplicaba técnicas y tratamientos, tanto de tipo farmacológico como no farmacológico. Los procedimientos no farmacológicos son los que aplican de forma autónoma los profesionales de enfermería; en cambio, para los farmacológicos se requiere una pauta médica, y las sedaciones se llevan a cabo siempre en colaboración con un pediatra. Entre los métodos no farmacológicos se utilizan la distracción con juguetes, la música y la visualización de dibujos animados en el teléfono móvil. Además, con el dispositivo con forma de abeja llamado Buzzy se relaja la zona de la intervención por medio de frío y vibraciones y ello ayuda a reducir el dolor. Por otro lado, hay que destacar la colaboración de los payasos de Sonrisa Médica.
La presencia de los padres durante la aplicación de cualquier técnica o durante una cura es muy importante, no solo para minimizar el dolor sino para reducir la ansiedad del niño; de esta manera siempre se muestra mucho más colaborador.
A los lactantes menores de 18 meses se les administra sacarosa —un preparado dulce—, que junto con la succión tiene un efecto relajante y analgésico. También ayuda la lactancia materna antes y durante la técnica.
Entre los tratamientos farmacológicos que se aplican están el uso de cremas tópicas anestésicas, tanto para punciones como para curas de heridas; la sedación consciente con óxido nitroso, un gas de efecto sedante y analgésico, aunque se mantiene la consciencia; la sedación completa para procedimientos realmente dolorosos, que requiere que el niño esté completamente relajado, y la administración de analgésicos, tanto por la vía oral como por la vía parenteral.